4ª Ronda PHE: Política Sanitaria Europea

En esta pregunta, los participantes eligieron un valor medio de 6,4 en una escala de 0 (definitivamente no) a 10 (sí, absolutamente).
El argumento más importante para deslocalizar la producción de productos médicos necesarios a la UE es la ganancia de independencia asociada frente a terceros países. Con la demanda de autonomía, los participantes asociaron tanto que la Unión Europea ganaría competencias como que los terceros países tendrían menos posibilidades de presionar a la UE para obtener concesiones. El contraargumento más importante fue que la relocalización de la producción de productos médicos podría provocar reacciones proteccionistas por parte de terceros países y perjudicar así indirectamente a la economía y la posición política de la UE.

Los participantes dieron valores bastante bajos a esta pregunta. En este caso, el valor medio es de 4,1, por lo que los resultados de la votación están muy dispersos. Las opiniones están divididas sobre esta cuestión. Los participantes tienden a apoyar la exportación de vacunas, a pesar de que la población europea aún no está totalmente abastecida. El principal argumento en contra para muchos participantes fue que todos los países del mundo deben ser considerados por igual en esta crisis. El "nacionalismo vacunal" contradice los valores fundamentales de la UE.

Los partidarios de la restricción de las exportaciones también anteponen la solidaridad. Para ellos, esto significa ante todo ser solidarios con los demás ciudadanos de la UE. En concreto, la prestación de servicios públicos para el bienestar de los ciudadanos debe tener prioridad sobre los intereses económicos de las empresas y las consideraciones geopolíticas. En resumen, la mayoría de los
parlamentarios de la Cámara desearían ver más solidaridad en la distribución de vacunas. Es tarea de la Unión Europea salvaguardar la salud de su población. La política de exportación no debe hacerse a expensas de los ciudadanos europeos.

La tercera pregunta muestra una imagen clara de la opinión. Por término medio, los participantes eligieron un valor de 7,5, lo que supone un claro voto a favor de un pasaporte europeo de vacunación, con el que se recuperarían las libertades de viaje. A la mayoría de los parlamentarios europeos les gustaría poder viajar libremente por la UE, pero con condiciones. Una condición es que las personas que viajen no sean contagiosas para los demás. Los que se oponen a la propuesta critican en particular la discriminación resultante contra los jóvenes que en su momento no tuvieron la oportunidad de vacunarse o los que no pueden vacunarse por motivos de salud. Tal discriminación debe excluirse. Los responsables de la toma de decisiones deberían tener esto en cuenta a la hora de debatir las obligaciones de cuarentena.